Altas torres puntiagudas
en equilibrio constante
como un rayo fulgurante
dominando las alturas
Pletórica en rocas duras
vuelo en perfecta armonía
la más fina en sintonía
de las catedrales puras
En amanecer sombrío
nubes sobre el horizonte
cubren la cima del monte
ceñida arribada en brío
Sobre el tejado, rocío
el resurgir de tinieblas
calles henchidas en nieblas
en pulular del gentío
A lo lejos resaltaban
dos erguidos torreones
tan altos como pendones
que las nubes rebasaban
Sobre los bancos rezaban
en comunes intereses
multitud de feligreses
a su Dios que tanto amaban
Aunque muchos la soñaban
con el corazón sincero
y un amor tan verdadero
con nostalgia, ¡la adoraban!
La mayoría la pensaban
en oníricas veladas
bajo las noches heladas
y en el húmedo cantaban
En todas las primaveras
con el sol en las alturas
al fondo en las curvaturas
se encienden las cristaleras
El caminar sobre aceras
con refulgente candor
resurgiendo el esplendor
de más radiantes maneras
Panorámica visión
de un lugar henchido en gloria
la más ancestral memoria
regio el reino de León
Con la mayor ilusión
y de leonés presumiendo
no me canso en seguir viendo
la joya tras el telón
Nada la iguala en belleza
a través del mundo entero
tan cuidada con esmero
y erguida en naturaleza
Con vidrieras en rareza
irisando el templo entero
rayo de sol mañanero
mil colores en nobleza
El Bernesga, el arenal
caudal de agua cristalina
sobre el fondo en una esquina
relumbra en la catedral
Gótico puro y cabal
sublime cuál mariposa
el resurgir de una rosa
con un aire angelical
Contemplarla en vez primera
bajo la luz de la luna
henchida el mayor fortuna
sobre una visión sincera
Ojalá que yo pudiera
en un vuelo controlado
permanecer a su lado
y en las alturas la viera
Con mirarla me consuelo
y me causa admiración
en años de tradición
colmando mi ansiado anhelo
Sin el mínimo recelo
ni tan solo una objeción
cuál joya posee León
¡Tan hermosa como el cielo!
Los monaguillos del coro
en contraste melodía
van infundiendo alegría
bajo un retablo que adoro
Más reluciente que el oro
pulcra como la patena
tan tierna como la avena
todo un inmenso tesoro
JUAN PABLO GÁNDARA DE TORENO
Siempre romántico y aprendiz de poeta