CASTAÑA FRUTO SAGRADO
REMEMBRANZA DE MI NIÑEZ
Gélidos vientos del norte
fustigando la ventana
albores de la mañana
prietas nubes en soporte
Tristes días del invierno
soledad en lejanía
quien a mí me lo diría
abocado al desgobierno
Gorrión impulsado al viento
grávido vuelo en desgana
sobre el verdor que engalana
cada tardo movimiento
Bajo el calor de la hoguera
el leño se torna en brasa
la abuela al costado amasa
harina en grano de era
No te creerías, si dijera
que esta bonita estación
resulta ruda en León
prefiero la primavera
Donde el entorno se altera
en una alfombra de flores
y el resurgir los amores
tendidos en la pradera
Hoy retorna a mi memoria
transcurridos tantos años
el fruto de los castaños
en tardes de mayor gloria
Mi padre las recogía
del encumbrado Encineo
y en el tambor, cuál meneo
la castaña recocía
Siendo la única alegría
convertida en una fiesta
finalizada la siesta
celebrada en cada día
Aún siento melancolía
rememorando el magosto
tan distante el mes de agosto
era diciembre y llovía
A la plaza no salía
y asomándome a un balcón
a través del cuarterón
la calle entera veía
Siento en mí la sensación
que la historia se repite
y aun envuelto en este envite
me fractura el corazón
Quién estuviera en León
a lo largo de este invierno
y no inmerso en este infierno
como aciago campeón
Bierzo mío, cuánta añoranza
qué hermoso y tardío recuerdo
casi en el tiempo me pierdo
cuál deseo en remembranza
En poder llenar la panza
con frutos de aquel castaño
como lo hacíamos antaño.
Aún mantengo la esperanza
De seguir viendo con vida
a castaños centenarios
verdeando en nuestros barrios
como punto de partida
Hoy te inquiero en la distancia
atisbando el abandono
color pardo muestra el tono
tan lejos de la abundancia
Auguro presagios varios
cuantiosos leños adustos
cuál duraderos disgustos
me procuran malos farios
El largor de estas distancias
en los primeros albores
se colgaban los tambores
asidos en las pregancias
Dimanar de una utopía
proseguir un desengaño
el disipar del castaño
¡cuál tamaña felonía!
La quimera que aún tenía
el tiempo la desvanece
casi a día de hoy perece
y entristece mi alegría
Gira en mi mente este día
si aplicando algunas mañas
poder salvar las castañas
que feliz me sentiría
¿Dónde estás que no te veo?
Dime ¿Dónde te has metido?
casi has desaparecido
lo presiento y lo preveo
Adustos troncos secados
rumbo marcando hacia el cielo
desvaneciendo un anhelo
grandor de nuestros pecados
Castaño, cómo te extraño
Castaña, cómo te añoro
Este valioso tesoro
que no resulte un engaño
Juan Pablo Gándara de Toreno
Siempre romántico y aprendiz de poeta